1. Realizar una tasación inmobiliaria
Asesorarnos del precio real de la vivienda es fundamental para poder fijar un precio de venta del inmueble. No podemos fiarnos, por ejemplo de la evaluación que aparece en los impuestos de propiedad (valuación fiscal inmobiliaria) porque no siempre están actualizados y generalmente muy debajo del valor real de la casa.
Siempre es prudente contratar una persona idónea para la tasación de nuestra vivienda, verificando que esté debidamente habilitado para tales trabajos. lo cual nos garantiza tasación válida y correcta.
2. Investigar sobre la situación actual del mercado inmobiliario
Para decidir el precio que vamos a poner de venta es interesante saber a cuanto se venden las viviendas en el mismo barrio o la misma ciudad, esto nos ayudará a saber si estamos dentro del precio de mercado.
A su vez, podremos establecer el valor de m2, siendo generalmente los de mayor precio los que se encuentran más cerca del casco céntrico de la ciudad o en lugares estratégicos, como en casos donde nuestra propiedad se encuentra dentro de una villa turística, lo que le dará un potencial mayor de venta.
3. Documentación de la propiedad preparada y en regla
Si queremos vender nuestra casa rápido es importante tener todo listo para hacer los trámites una vez que encontremos un comprador.
La documentación además, nos la pueden solicitar alguno de los posibles compradores para informarse del estado de la vivienda. Nos harán falta las escrituras del inmueble, el título de propiedad o escritura inscrita en el registro público de la propiedad.
Esto es importante, por ejemplo, si se trata de una herencia ya que la vivienda se encontrará a nombre de una persona fallecida, por lo tanto debemos tener la autorización previa del juez hacia los herederos para realizar la venta.
También hay que tener los planos de mensuras actualizados del inmueble, ya que en algunas ciudades solicitan que el mismo no posea más de 10 años de antigüedad.